

El uso de suplementos y complementos nutricionales debe contar con la asesoría del pediatra o del nutricionista

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La aparente inapetencia va desde consumir ciertos alimentos o comer muy poco hasta presentar aversiones o preferencias por ciertas texturas.
Sin embargo, sólo en caso de deficiencia nutricional, inapetencia regular o enfermedad crónica es conveniente el uso de suplementos o de complementos nutricionales, previa valoración del pediatra o del nutricionista.
Los suplementos son productos que incluyen todos los nutrientes -carbohidratos, proteínas, grasas, vitaminas y minerales- en forma equilibrada y satisface las recomendaciones nutricionales para la edad. Pueden usarse en los niños que no comen de forma regular y llegan a tener deficiencia nutricional.
Esta se caracteriza por señales como tez pálida, caída de pelo, piel reseca, uñas quebradizas, sueño constante, cansancio y bajo rendimiento escolar.
Los complementos nutricionales, como su nombre lo indica, complementan el nutriente deficitario: proteínas, vitaminas o minerales.
Si el niño no se alimenta como es debido, hay que hacer una evaluación nutricional para saber qué está comiendo y qué no, o si existe deficiencia de calorías, proteínas o vitaminas. Aquel que desayuna y almuerza bien, pero no come frutas ni verduras, requeriría, por ejemplo, vitaminas.
El uso de suplementos y complementos debe partir de una anamnesis alimentaria, es decir, hacer seguimiento a la alimentación del infante durante cinco o seis días continuos. De esta manera, se analiza qué cantidad de nutrientes consume, cuáles son las deficiencias y se decide si es conveniente suplementar o complementar.
Cómo usarlos
La aparente inapetencia de los niños es un dolor de cabeza para los padres. Este rechazo por la comida va desde consumir ciertos alimentos o comer muy poco hasta presentar aversiones o preferencias por ciertas texturas.
Sin embargo, sólo en caso de deficiencia nutricional, inapetencia regular o enfermedad crónica es conveniente el uso de suplementos o de complementos nutricionales, previa valoración del pediatra o del nutricionista.
Los suplementos son productos que incluyen todos los nutrientes -carbohidratos, proteínas, grasas, vitaminas y minerales- en forma equilibrada y satisface las recomendaciones nutricionales para la edad. Pueden usarse en los niños que no comen de forma regular y llegan a tener deficiencia nutricional.
Esta se caracteriza por señales como tez pálida, caída de pelo, piel reseca, uñas quebradizas, sueño constante, cansancio y bajo rendimiento escolar.
Los complementos nutricionales, como su nombre lo indica, complementan el nutriente deficitario: proteínas, vitaminas o minerales.
Si el niño no se alimenta como es debido, hay que hacer una evaluación nutricional para saber qué está comiendo y qué no, o si existe deficiencia de calorías, proteínas o vitaminas. Aquel que desayuna y almuerza bien, pero no come frutas ni verduras, requeriría, por ejemplo, vitaminas.
El uso de suplementos y complementos debe partir de una anamnesis alimentaria, es decir, hacer seguimiento a la alimentación del infante durante cinco o seis días continuos. De esta manera, se analiza qué cantidad de nutrientes consume, cuáles son las deficiencias y se decide si es conveniente suplementar o complementar.
Por Andrea Linares Gómez.
Asesoría: Adriana Amaya, nutricionista - dietista.
La aparente inapetencia va desde consumir ciertos alimentos o comer muy poco hasta presentar aversiones o preferencias por ciertas texturas.
Sin embargo, sólo en caso de deficiencia nutricional, inapetencia regular o enfermedad crónica es conveniente el uso de suplementos o de complementos nutricionales, previa valoración del pediatra o del nutricionista.
Los suplementos son productos que incluyen todos los nutrientes -carbohidratos, proteínas, grasas, vitaminas y minerales- en forma equilibrada y satisface las recomendaciones nutricionales para la edad. Pueden usarse en los niños que no comen de forma regular y llegan a tener deficiencia nutricional.
Esta se caracteriza por señales como tez pálida, caída de pelo, piel reseca, uñas quebradizas, sueño constante, cansancio y bajo rendimiento escolar.
Los complementos nutricionales, como su nombre lo indica, complementan el nutriente deficitario: proteínas, vitaminas o minerales.
Si el niño no se alimenta como es debido, hay que hacer una evaluación nutricional para saber qué está comiendo y qué no, o si existe deficiencia de calorías, proteínas o vitaminas. Aquel que desayuna y almuerza bien, pero no come frutas ni verduras, requeriría, por ejemplo, vitaminas.
El uso de suplementos y complementos debe partir de una anamnesis alimentaria, es decir, hacer seguimiento a la alimentación del infante durante cinco o seis días continuos. De esta manera, se analiza qué cantidad de nutrientes consume, cuáles son las deficiencias y se decide si es conveniente suplementar o complementar.
Cómo usarlos
La aparente inapetencia de los niños es un dolor de cabeza para los padres. Este rechazo por la comida va desde consumir ciertos alimentos o comer muy poco hasta presentar aversiones o preferencias por ciertas texturas.
Sin embargo, sólo en caso de deficiencia nutricional, inapetencia regular o enfermedad crónica es conveniente el uso de suplementos o de complementos nutricionales, previa valoración del pediatra o del nutricionista.
Los suplementos son productos que incluyen todos los nutrientes -carbohidratos, proteínas, grasas, vitaminas y minerales- en forma equilibrada y satisface las recomendaciones nutricionales para la edad. Pueden usarse en los niños que no comen de forma regular y llegan a tener deficiencia nutricional.
Esta se caracteriza por señales como tez pálida, caída de pelo, piel reseca, uñas quebradizas, sueño constante, cansancio y bajo rendimiento escolar.
Los complementos nutricionales, como su nombre lo indica, complementan el nutriente deficitario: proteínas, vitaminas o minerales.
Si el niño no se alimenta como es debido, hay que hacer una evaluación nutricional para saber qué está comiendo y qué no, o si existe deficiencia de calorías, proteínas o vitaminas. Aquel que desayuna y almuerza bien, pero no come frutas ni verduras, requeriría, por ejemplo, vitaminas.
El uso de suplementos y complementos debe partir de una anamnesis alimentaria, es decir, hacer seguimiento a la alimentación del infante durante cinco o seis días continuos. De esta manera, se analiza qué cantidad de nutrientes consume, cuáles son las deficiencias y se decide si es conveniente suplementar o complementar.
Por Andrea Linares Gómez.
Asesoría: Adriana Amaya, nutricionista - dietista.